Confieso que no he visto la original Clash of the Titans de 1981 y por lo tanto desconozco si su historia y guión fueron bien trabajados, sin embargo, lo que sí sé es que marcó un hito por sus rupturistas efectos especiales, obra del gigante Ray Harryhausen. Por el contrario Clash of the Titans 2010, del director Louis Leterrier, se presentó como una gran película y termina siendo una cinta que bordea peligrosamente en la mediocridad. Ni los efectos, ni los diálogos, ni el guión justifican este remake que termina siendo innecesario y que pasará a la historia del cine sin pena ni gloria. Seguir leyendo