Max Payne se estrenó en el cine hace un par de meses y hace pocos días en DVD. Como fan del videojuego original de 2001 tenía muchas ganas de ver esta película, pero el resultado final es de lo peor. Gran parte de la culpa la tiene el tono dado por el director John Moore, el cual aunque es oscuro no es lo suficientemente sórdido y, por otro lados, los diálogos son paupérrimos. No es que Max Payne se caracterice por ser un personaje de rica labia, pero al menos si la historia es floja, démosle algo interesante que decir de vez en cuando. Los personajes anexos, creados para darle una innecesaria base a un cuento que no respeta completamente la historia original, son absolutamente olvidables y poco creíbles. Sin duda Max Payne es de los grandes desastres del cine de 2008 y una clara muestra que Hollywood es una máquina de hacer películas, pero que pocas veces le importa la calidad con la que se hacen. Seguir leyendo